viernes, 20 de enero de 2012

COMO GATOS PANZA ARRIBA

Crónica por Marcos, y sus musas.


Tarde de sábado en el pabellón Romareda en la que al comienzo del encuentro todavía se oían los ecos de la agapitada acontecida minutos antes en los aledaños del lugar. Primer partido del año para el Danzig y último de la primera vuelta. El rival, el líder de la categoría e invicto hasta la fecha. Hasta que se cruzó en nuestro camino.

El partido de los albicelestes fue una oda al arte que inventó Vitorio Pozzo y que la azzurra llevó a la excelencia en los años 60: el catenaccio. Cuando enfrente tienes un grupo de chavalotes de cierta calidad técnica, toca apretarse los dientes y demostrar que a cojones no nos gana ni el Tato, y así fue.

El rival salió desde el primer minuto a por el partido no dejando al Glorioso desplegar su fútbol asociativo más preciosista por acaparar la posesión del esférico, y tampoco el fútbol práctico de contragolpe al conseguir robarlo rápidamente. Pero este equipo tiene múltiples registros, y se armó un pétreo combinado de jugadores de elevada intensidad y solidaridad defensiva, capaz de frenar las embestidas del rival sin que el desgaste se notara en la primera mitad del encuentro.

La segunda mitad comenzó de igual forma que acabó la primera, pero el transcurso de los minutos incidió directamente en el cansancio de los jugadores de los dos equipos. La mutación en las posiciones a la hora de llevar los ataques a la portería albiceleste era cada vez menos nítida aunque el peligro nunca cesaba. El Danzig se mantenía en su sitio y no cedía en ningún esfuerzo, en ningún balón dividido. Y poco a poco, como un reloj de arena, las sensaciones se tornaron en cada vez más positivas.

El rival cada vez atacaba con más corazón que cabeza, adelantaron líneas portero incluido, y el Danzig vió por ahí la puerta de la victoria. Si conseguíamos superar la primera línea de presión tendríamos autopista hacia el marco rival. Se dieron un par de avisos hasta que, a falta de 2 minutos para el final, una grandísima jugada colectiva acaba con el balón en los pies de Chiquico, que se metió literalmente con el balón dentro de la portería para asegurarse de que el gol subiera al marcador. El balón dentro, medio equipo rival por los suelos y su banquillo que enmudeció tras presenciar en pies de su rival lo que ellos estuvieron persiguiendo durante los 40 minutos. Pareció más sencillo de lo que realmente fue. La sangre fría circuló por las venas de un Danzig que lo paró absolutamente todo y absolutamente con todo hasta el final del partido, para dar a probar el amargo sabor de la derrota al rival hasta ahora desconocido. Esta vez sí, el Danzig ganó porque le echó más cojones que el rival, y los cánticos ultras a la llegada del vestuario mostraron la dificultad de haber cosechado estos tres puntos, trabajadísimos.

Fin de una primera vuelta más que meritoria, en la que el Danzig se encuentra en disposición de mejorar sensiblemente la puntuación de la temporada anterior y quién sabe si hay opciones de luchar por cotas más altas. Todavía queda mucho, no hay que fliparse. Aunque un 4º puesto está realmente bien. Los próximos 3-4 partidos serán claves para intentar deshacer el pelotón de equipos que nos pueden llevar tanto a un descafeinado 8º puesto o como a los puestos de honor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si conseguimos el ascenso le vendemos la plaza al Zaragoza B.