lunes, 20 de diciembre de 2010

5-0. Escándalo en la Safa

Qué tarde. Qué partido. Qué todo. Fútbol del caro, del de toda la vida, del que se ve muy de tarde en tarde, es lo que bridó el Danzig a su afición en la vespertina del Sábado, la última del año. Sin apenas efectivos (menos de la mitad de la plantilla), sin su portero titular y, eso sí, sobrados de oficio, orden y ganas, los albicelestes daban una lección de cómo plantear y llevarse un partido con lo justo. Baño y masaje.

La contienda comenzaba con Alberto al arco y con Alfonso, Oscar, Eduardo y Korfax bien plantados en el 40 x 20. Por su parte, Marcos aguardaba su momento al cuidado de los abrigos, que la necesidad es muy mala. En seguida se vio que el contrario no era capaz de abrir la defensa albiceleste, que en esta ocasión esperaba en mitad de campo. Alberto era poco más que un animoso espectador y poco a poco iban llegando las ocasiones. Alf la rompía contra el larguero. El contrario seguía sin llegar y tan sólo colgaba balones; Eduardo, qué valladar, solventaba el poco peligro en otra exhibición de garra. Los minutos pasaban y, por fin, el partido se ponía de nuestra parte. Tuvo que ser el de siempre. El maestro del suspense. Le gusta el riesgo. Un regate, dos, tres. Como cagar en un bar sin echar el pestillo. Que si amago, que si no, que me da la risa, ay, ay, ay... portero al suelo. Otro amago, suave vaselina y a la jaula. Gustándose. La polla más gorda, la mía.

No podía haber más partido que el que los albicelestes quisieran y no lo hubo. Oscar marraba una clarísima ocasión, Korfax asustaba y se comía a los rivales y Alberto se enfriaba en la portería. En otra llegada, el de siempre emergió de nuevo. En esta ocasión, rompió las mallas y dejó al portero contrario tendido en el suelo, al borde la impotencia peniana. El carnaval albiceleste continuaba y Marcos, sobradísimo, ponía el tercero desde fuera del área. El campo se venía abajo, el contrario se desesperaba y llegaba el descanso con el partido claramente cuesta abajo.

La segunda parte se inició con Korfax al cuidado de las redes (siempre atento a todo, presidente) y la consigna de no recibir un tanto tempranero que diese ánimo al rival. Alberto reaparecía enviando a la grada los tres primeros balones que le pasaban por los pies. En cualquier caso, el equipo seguía dominando, el tiempo pasaba y el partido agonizaba. El rival, por su parte, apenas inquietaba, y aparte de un balón al palo en un rebote, poco más ofreció. Marcos y Eduardo daban tranquilidad, Óscar se partía la cara y el maestro, pues a lo suyo. Que si, que no, que te la enseño, que te la escondo. 4-0, por si acaso. Fútbol de seda. Aun hubo tiempo, en la recta final, para que Óscar, premio al tesón, colocara en quinto tras asistencia de Alf en una contra rápida. Fruto de la impotencia, el árbitro enviaba a la ducha a un jugador contrario después de sucesivas protestas y entradas alevosas que no tuvieron más consecuencias que la mención por parte de dicho jugador de la madre y familia del trencilla de ocasión.
Tres puntos que sirven para seguir avanzando, para salir de la liga de los tontos, para acercarse a la zona noble, residencia habitual de los albicelestes en las últimas temporadas. Quedan partidos suficientes y hay plantilla. Magnífico colofón a un 2010 más que notable.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Parrafada

Cesareo dijo...

Grandioso chavales, grandioso!!!

Ahí esta la diferencia entre ir medio equipo contra los segundos, o contra un equipo de medio pelo.

OSCAR dijo...

Por lo menos terminamos el año con victoria, creo que solo queda un partido para terminar la segunda vuelta, 2 con el aplazado.
Feliz Navidad y tal.

Anónimo dijo...

¿40 x 20? el próximo dia pienso medirlo.