martes, 22 de diciembre de 2009

2-4. El día en que Vicente reinventó el Danzig


LA JORNADA no había empezado todo lo bien que se podía esperar. Un equipo sin posibilidad de sustituciones haciendo frente a un frío terrible (no habría más de 5ºC en el gélido pabellón de la Sagrada Familia) y a un equipo, la Cerveza Mecánica (LCM), mal situado en la tabla pero animoso y con nueve jugadores. La partida se planteaba muy clara: entregar el balón al contrario, esperar atrás, todos muy juntitos, no desgastarse demasiado y salir a la contra. La estrategia daba resultado y el partido era una especie de patio de colegio en la zona central de la pista En consecuencia, los albicelestes no pasaban apuros aunque tampoco creaban mucho peligro. No obstante, fútbol es fútbol y en una jugada aparentemente poco peligrosa LCM se adelantaba. Los héroes del Canal no acusaron el golpe y seguían intentándolo; poco después, Diego aparecía en el campo como el ángel salvador. Tiempo muerto, a respirar y a hacer cambios. El partido no se rompía y el rival empezaba a dudar. Los albicelestes se iban creciendo y Eduardo, imperial, remataba de cabeza espléndidamente un córner poniendo el empate. Muy poco después, Alfonso dejaba varios rivales atrás y remataba al larguero. El rechace era inexplicablemente despejado por un rival dentro de su propia portería. Aun pudieron aumentar la ventaja Korfax y Óscar, pero su gran partido no tenía premio. Con un justo 1-2 a favor se llegaba al descanso. Se iniciaba el segundo acto sin variar el guión; mucha solidaridad defensiva y buenas contras. LCM terminó de desquiciarse. No había manera de abrir la lata albiceleste y, si así era, Paquito resolvía. La entrada de Diego había dado mucha más profundidad y las ocasiones eran cada vez más frecuentes. Mediada la segunda mitad, Alfonso culminaba una buena contra desde el suelo poniendo el 1-3. El asunto parecía finiquitado pero, en un buen disparo cruzado, LCM acortaba distancias y se metía de nuevo en el partido. El Danzig echó el resto y, en un último arreón, y tras un barullo en el área, Diego conectaba un tremendo punterazo desde fuera del área para cerrar el partido (2-4). La tabla se parte en dos y los albicelestes se agarran a la parte alta, a un solo punto de la tercera plaza.

EN CIERTAS OCASIONES, creemos que estamos de vuelta, que dominamos las situaciones y que ya nada nos puede sorprender. Nada más lejos de la realidad. Desde la noche del Sábado, el Danzig ha ganado un nuevo componente en sus filas; claro que, en este caso, debemos admitir más que un componente, se trata de un auténtico crack.
Vicente dio toda una lección de cómo superar con nota el encuentro más exigente. Cuando se ha planificado un partido mimando el detalle, cuando nada se deja a la improvisación, cuando el terreno se encuentra en las mejores condiciones, cuando una plantilla se encuentra al mando de un gran capitán, las cosas sólo pueden ir bien. 1 fijo en la quiniela. Qué manera de leer y entender la contienda. Enorme el espárrago. Qué deleite para los asistentes. Inmensos los calamares. Qué gusto. Maravilloso el gambón. Qué orgasmo gastronómico. Marcando los tiempos con el sorbete. Qué todo. La carne. Vicente sí nos entiende. La tarta con patada. Vicente es grande. Atención inmejorable. Vicente es uno de los nuestros. Vicente es... Vicente es fútbol total... ¡¡¡Viva Vicente!!!

2 comentarios:

J.M. Arzak dijo...

y ese mortero, inolvidable la mahonesa, con su cuerpo y su color, ummmm mmmm

Estrella Michelin para Vicente YA

Anónimo dijo...

feliz navidad a todos menos al subnormal de korfax